Al menos 70% de la isla está sin electricidad por los fuertes vientos y las lluvias torrenciales que derrumbaron árboles y cables eléctricos.

Cuando la tormenta tocó tierra este miércoles en la costa sureste de la isla, no lejos de la capital, Kingston, se ordenó el cierre de escuelas y aeropuertos, así como un toque de queda. Las autoridades han recomendado a los residentes de la isla que permanezcan en sus hogares.

El huracán se acerca ahora al este de Cuba y, según advirtieron expertos estadounidenses, podría crecer en intensidad tras su paso por la isla de camino a Florida.